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Paso a Paso
uno de los grandes narradores norteamericanos del siglo xx. gerald clarke contó, durante años, con la colaboración de capote y con la de su círculo de amistades para escribir esta biografía.el libro es el soporte fundamental de la película magistralmente protagonizada por philip seymour hoffman y catherine keener, ambos aspirantes al oscar. las 632 páginas del libro permiten hacerse cargo de la compleja personalidad, de la gloria y el infierno, de un personaje histriónico y malicioso, inestable, exquisito, vanidoso, susceptible, entusiasta, frágil. estrella de los shows televisivos, periodista ocasional, habitual de la farándula literaria y artística, capote logró páginas de un vigor que le emparenta con el mejor hemingway.truman capote. la biografía definitivaautor: gerald clarkepáginas: 632editorial: ediciones b comentario tantas veces capote en 1965 el libro â“a sangre fríaâ” remeció los conceptos anquilosados del periodismo y abrió â– o al menos consolidó â– un nuevo género literario: la novela de no-ficción. su autor, conciente de la trascendencia de su creación, jamás pudo recuperarse del impacto y pasó a formar parte del drama narrado. por tito matamala. www.titolandia.cl ha sido el año de truman capote, o más bien la repetición de varios años que fueron suyos desde que emprendió la tarea de escribir un artículo referido a un cuádruple homicidio ocurrido en kansas, estados unidos, en octubre de 1959. ese texto se transformó en novela, luego en un nuevo tipo de narrativa, y de paso removió las viejas estructuras del periodismo del siglo xx: â“a sangre fríaâ”. la obra de capote es estudiada en las buenas escuelas de periodismo, sirve como referencia al trabajo de investigación y como perfecta lección para derribar el mito de la objetividad y del narrador distanciado de la cosa que narra. antes de abrir una página del libro, en sí mismo â“a sangre fríaâ” es una novela, por el descomunal esfuerzo desplegado por su autor y la expectativa generada en aquellos años en que un puñado de redactores â– tom wolfe, norman mailer, jimmy breslin, entre otros â– se habían apoderado de las plazas de periodistas en los periódicos, para otorgarle una estética de novela a la noticia. â“a sangre fríaâ” ha vuelto ser tema de discusión a raíz de la película â“capoteâ”, del director bennet miller, cuyo actor principal, philip seymour hoffman obtuvo el premio oscar por su interpretación del atormentado, megalómano y obsesivo escritor. la historia señala que truman se interesó en el asesinato de la familia clutter, en el perdido pueblo de holcolmb â– en el medio oeste norteamericano â– y comenzó una exhaustiva recolección de datos en la que tardaría más de cuatro años. no sólo conversó con cada uno de los 300 habitantes del villorrio, para reconstruir la forma de vida de los desdichados clutter, sino que comenzó a entrevistarse con los asesinos en la cárcel, hasta el nivel de establecer con uno de ellos una relación parecida a la amistad, o la dependencia mutua. incluso en sus breves estadías en europa, capote mantenía contacto epistolar con el criminal, y se preocupaba de que nada le faltase en la celda, ni siquiera un abogado competente. sin embargo, y eso lo subraya el filme, hubo un momento en que a capote le molestó esa dilatación del dictamen de la justicia: la horca. su novela, que ya tenía nombre, no podría concluir sin un final para los homicidas. es como si el capítulo de cierre de â“a sangre fríaâ” se negase a escribirse sin la comparecencia de dos vidas humanas. el norteamericano gerald clarke escribió una voluminosa y detallista biografía â– â“truman capoteâ” â– que ha llegado a las librerías aprovechando el impulso de la película y el premio de la academia. clarke mantuvo una relación cercana con capote por muchos años, por lo que su trabajo maneja fuentes de primera línea, y hasta tuvo acceso a los apuntes más íntimos del personaje en cuestión. de ese modo, se puede construir la historia trágica de un hombre que jamás pudo sobreponerse al éxito arrollador de su novela, y se dejó vencer por el alcohol y las drogas sin volver a publicar otro libro. nunca llegó a recuperarse de la escritura de â“a sangre fríaâ”, el control de su existencia se tornó imposible, se le escapó de las manos y fue cayendo rápidamente a un precipicio sin fondo. â“aquel libro empezó a perturbar mi vidaâ”, le confesó en su momento capote al autor de su biografía. creyó ser más fuerte que la cosa que había creado, y quiso sobreponerse tal como lo había hecho en otros eventos traumáticos de su juventud. â“nadie sabrá nunca lo que esta novela se llevó de mí. me chupó hasta la médula de los huesos. por poco acaba conmigo. creo que, en cierto modo, acabó conmigoâ”. y ello pese a que, en su año de publicación, en los círculos literarios de estados unidos el libro fue recibido con reservas, hasta con declaradas antipatías. tampoco obtuvo algún galardón de los que, de manera ingenua, truman daba por descontado. se sentía como el héroe que era llevado a casa en andas, esperando un gran recibimiento para encontrarse con que otros, que no habían visto al enemigo de cerca, se quedaban con todas las medallas de honor. una frustración que calaba más hondo en quien, como truman, padecía una necesidad de admiración insaciable, la que no se calmaría ni con todos los premios del mundo. por lo demás, una constante no confesada de los buenos escritores, a quienes les urge ser reconocidos y se sienten heridos y resentidos cuando ven rechazada lo que están seguros es su mejor obra. para el caso de capote, no cabía dudas de que era su mejor creación. como toda obra maestra, â“a sangre fríaâ” cobró vida propia y ha trascendido en el tiempo hasta alcanzar la inmortalidad. fue publicada en 1965, y pronto, en 1967, se concretó una versión cinematográfica de poca fortuna. aun hoy es imposible desarmar la mecánica interna del libro y dilucidar los componentes de veracidad e invención de su texto, hallar la mano del autor, saber si aquel crimen de la campechana familia clutter realmente ocurrió más allá de la mente de truman capote. la biografía escrita por gerald clarke es íntima, personal y emotiva, porque expone al lector la total humanidad de un autor que sucumbió en su empeño desde el mismo instante en que comenzó a relatar que â“el pueblo de holcomb está en las elevadas llanuras trigueras del oeste
