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Paso a Paso
Carlos Alberto Cajade, o el Cura como todos lo llamaban, fue mucho más que un simple clérigo. Profundamente religioso, su meta era la de construir un cielo en la tierraDesde allí desplegó una militancia social que lo llevó a entregar su vida a la infancia desamparada y a luchar con coraje contra desigualdades e injusticias en el país de los panes mal repartidos Fundó en La Plata el Hogar de la Madre Tres Veces Admirable para niños abandonados y creó un modelo de intervención en políticas para la infancia, alejado de las fórmulas represivas. Sin embargo, sus ideas repelían el asistencialismo, su máximo sueño era cerrar el Hogar porque ya no fuera necesario.Cajade encarnó el rol del sacerdote políticamente comprometido con su pueblo siguiendo la huella dejada por Carlos Mugica. En la década de los noventa resistió las políticas neoliberales y desplegó una intensa acción pública capaz de irritar a la jerarquía eclesiástica, incursionando en el sindicalismo o integrándose a la Comisión Provincial por la Memoria. Con el Movimiento Nacional Chicos del Pueblo marchó junto a los niños por todo el país, impulsó la idea de instaurar una asignación de carácter universal para menores de dieciocho años e instaló consignas que quedaron en el imaginario popular: El hambre es un crimeny Sin trabajo no hay infanciaPablo Morosi retrata en este libro el derrotero de una figura que se convirtió en un mito rodeado por la leyenda. De gran carisma y cercanía con sus fieles, hincha fanático de Estudiantes de la Plata, su temprana muerte dejó una enorme obra a favor de la infancia y el legado de su pensamiento y compromiso.Si alguien como escribe Gelman nos hizo ver a Dios como un sueño clandestino de los desamparados o una belleza que se parece a cualquier hombre o mujer fue Carlitos Cajade, que supo como pocos que el amor es una cuestión de semejantesAlberto Morlachetti.